Abramos el paraguas: qué podemos hacer los electricistas antes de una inundación

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Una lluvia torrencial totalmente fuera de valores esperables de precipitación se ha convertido en una catástrofe. Si estos fenómenos son cada vez más seguido, quizá podamos hacer algo para aliviar el desastre.

La experiencia proporcionada por las recientes catástrofes climáticas interpela a los instaladores: ¿hay alguna acción preventiva o correctiva que podamos hacer o no tenemos nada que ver si llueve más fuerte que de costumbre y toda una población se queda sin luz ni comunicaciones?
Los zingueros, por ejemplo, están haciendo desbordes en las canaletas (ver figura 1) porque los pluviales existentes ahora resultan insuficientes debido al aumento de las lluvias y al taponamiento por hojas otoñales.
Del mismo modo, otros gremios van “abriendo el paraguas”, como se dice coloquialmente, ya sea mejorando desagües o corrigiendo pendientes, todo a la vez que los altos mandos siguen discutiendo acerca de si el cambio climático es o no un hecho verdadero.
A continuación, me animo a apuntar algunas acciones destinadas a prevenir y/o a remediar efectos de las inundaciones en las instalaciones eléctricas y de comunicaciones.
En primer lugar, ejecutar las nuevas canalizaciones preferentemente en altura, con cañería rígida a la vista o amurada, si se prefiere, en lugar de tendidos corrugados sinuosos acumuladores de agua (ver figura 2). Ni hablar de tramos bajo piso fatalmente condenados a operar permanentemente inundados aunque haya sequía: casi siempre es posible avanzar por el cielorraso; si no, emplear cable para uso subterráneo.
La misma relevancia tiene priorizar la instalación o la rehabilitación de ventiladores y acondicionadores, porque ayudan al secado de los ambientes. En épocas cálidas, son preferibles los ventiladores por su menor consumo, mientras que en invierno es mejor el aire acondicionado porque, además de calefaccionar, seguirá expulsando al exterior la humedad condensada, siendo a la vez el calefactor más económico porque proporciona alrededor del triple de lo que consume (ver figura 3).
Figura 1. Desborde en canaleta existente
Figura 2. Canalización sinuosa expuesta a inundaciones
Figura 3. Placa de un acondicionador: rinde prácticamente el triple de lo que consume
Una explicación simple del inusitado fenómeno de que el aire acondicionado proporcione en calefacción prácticamente el triple de lo que consume en electricidad es que este equipo en cuestión no produce calor sino que echa el frío del interior hacia fuera (ver figura 4, o bien, salir afuera y arrimar el dorso de la mano: el aire saliente está más frío que el aire aspirado del ambiente exterior). Podría considerarse que el pequeño consumo es peaje por traslado de energía térmica oculta en el ambiente exterior que siempre está por encima de cero grados Kelvin (-273 °C).
 
Figura 4. Esquema de un aire acondicionado operando “en calor”
Como inundaciones u otras catástrofes suelen conllevar apagones, si no se dispone de un automóvil con salida de 12 V y adaptador que permita la recarga de celulares y demás dispositivos de comunicaciones, se puede crear un circuito a batería con cargador-protector de tensión. (Una batería común plomo-ácido de 12 V no deberá exceder en carga los 14 V, ni operar en descarga por debajo de los 10 V, aproximadamente). La batería deberá emplazarse en un lugar ventilado (el baño, por ejemplo).
Este nuevo circuito de muy baja tensión en corriente continua servirá también para la iluminación led de emergencia y evitar depender de la batería de los celulares para iluminarse. Naturalmente, mayor independencia se obtendrá con alimentación autónoma basada en aerogenerador más célula fotovoltaica. (Si no hay viento, habrá sol. Los veleros transoceánicos exhiben el conjunto en su arboladura).
Por último, las proveedoras de servicio telefónico domiciliario han reemplazado las antiguas líneas domiciliarias e individuales alimentadas desde la central (teléfono de línea), por aparatos más modernos (“teléfono fijo”) que dependen de apagones y de antenas de capacidad limitada (ver figura 5). Es sabido que, en caso de sobredemanda, las antenas se desbordan y ya no hay señal disponible. Para no quedar incomunicados, conviene disponer de pequeños transceptores que no dependan de que haya señal (handie-talkies, ver figura 6) que facilitarán llamadas de emergencia a las autoridades o a través de algún radioaficionado, por ejemplo.
Figura 5. Líneas telefónicas seguras reemplazadas por antenas
Figura 6. Handie talkies, una opción de comunicación cuando no hay señal

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