Una de las tareas esenciales de las empresas que trabajan con energía es el mantenimiento y acondicionamiento de sus redes. Amén de los peligros que implican los niveles de voltaje elevados para la vida de las personas y la supervivencia de los bienes, lo cual obliga a establecer y hacer cumplir normas de seguridad a cualquier entidad que deba manipularlos, no menos cierto es que un tendido eléctrico bien realizado y bien mantenido sufre menos pérdidas y entrega más y mejor calidad de energía.
Un localizador de fallas en cables, por ejemplo, permite descubrir (y resolver) problemas antes de que se conviertan en un peligro, y esto, no solo salva vidas, también ahorra dinero a cualquier billetera responsable de la energía que por ahí circula.
Reflex, industria nacional, fabrica y comercializa este tipo de equipamiento y, además, lo alquila. Los aparatos se entregan completamente probados, con certificado de calibración e instrucciones de operación. Algunos ensayos y/o servicios que permiten son los siguientes:

Las opciones de adquisición se adaptan a las necesidades y presupuestos de los clientes: van desde el alquiler durante un tiempo específico (un día, una semana, un mes) para un estudio puntual, hasta contratos por periodos prolongados y leasing, con opción de financiación para la compra.
La asesoría técnica de Reflex es otro punto destacable. La empresa cuenta con un puñado de profesionales técnicos e ingenieros con experiencia en ensayos de campo, todos capaces de sugerir equipos y pruebas, también de repararlos y calibrarlos, con lo cual ahorra dinero y preocupaciones a los clientes.
La propuesta es conveniente por varios motivos. Por un lado, el mercado está plagado de equipos como estos y la competencia exige al posible comprador estar atento a las características técnicas, la tecnología utilizada, la calidad y si, además, es o no lo que necesita o hay algo mejor. Por otro lado, comprarlos es una inversión, pero si solo se los necesita para alguna que otra prueba o ensayo puntuales, quizá no sea negocio tenerlos guardados la mayoría del tiempo y encima con la obligación de calibrarlos y mantenerlos para prolongar su vida útil. Otra razón más se puede alegar: no basta con comprar cualquier aparato tecnológico de última generación, que ya aparece en las tiendas otro con más y mejores prestaciones, y ni hablar de que, en el largo plazo, las propias exigencias normativas pueden modificarse obligando a los equipos a incluir pruebas que antes no tenían.
Incluso empresas de ingeniería que cuenten con los recursos necesarios para planificar un proyecto de envergadura y con la inteligencia ingenieril adecuada para idear soluciones, pueden alquilar estos equipos con la última tecnología y así ampliar su gama de servicios y aumentar su competitividad.
Sin lugar a dudas, alquilar un equipo o instrumento es una oportunidad ventajosa para el cliente.