Aprovechando una experiencia emergente de la crisis 2001
Situación a la salida de la crisis de 2001
A pesar de que los efectos de la desindustrialización seguían aún manifestándose, agravados por la reciente crisis económica, al punto de que el único fabricante genuinamente nacional exportador de interruptores de potencia encapsulados debió convertirse en pequeño recuperador de plástico usado, otros continuaron con su esfuerzo contra viento y marea.
Contemporáneamente salió a la luz una reglamentación de gran magnitud con arreglo a las principales normas nacionales e internacionales del momento y la correspondiente certificación de los materiales empleados, que dio lugar a la creación de actividades educativas pertinentes de cuyos resultados sigue dependiendo la seguridad eléctrica destinada a cuidar la vida, nada menos. Desarticulado tiempo atrás el Consejo Nacional de Educación Técnica, instituciones educacionales, laborales y gremiales, existentes o creadas al efecto, se hicieron cargo de la tarea educativa que se sigue realizando bajo los lineamientos establecidos por la mencionada reglamentación que constituye su documento rector.
Contemporáneamente salió a la luz una reglamentación de gran magnitud con arreglo a las principales normas nacionales e internacionales del momento y la correspondiente certificación de los materiales empleados, que dio lugar a la creación de actividades educativas pertinentes de cuyos resultados sigue dependiendo la seguridad eléctrica destinada a cuidar la vida, nada menos. Desarticulado tiempo atrás el Consejo Nacional de Educación Técnica, instituciones educacionales, laborales y gremiales, existentes o creadas al efecto, se hicieron cargo de la tarea educativa que se sigue realizando bajo los lineamientos establecidos por la mencionada reglamentación que constituye su documento rector.
El esfuerzo de actualización reglamentario no ceja en su imprescindible accionar, adicionando materiales que la puja tecnológica sumada a la voluntad mercantil van poniendo a disposición.
Situación en vísperas de la salida del COVID-19
Convertida la desindustrialización en un hecho que sería innecesario ejemplificar, el esfuerzo de actualización reglamentario no ceja en su imprescindible accionar, adicionando materiales que la puja tecnológica sumada a la voluntad mercantil van poniendo a disposición. Por ejemplo, el costoso detector de fuego por arco (fire arc detector), capaz de prevenir incendios no advertidos por el benemérito “disyuntor”, o sea, interruptor diferencial (ID), apareció bien entrado este siglo incorporando de arranque un pequeño interruptor automático (PIA) y un protector contra sobretensión permanente. Más tarde, se sumó el mismísimo ID con una variada gama de capacidades y prestaciones que, si nos atenemos a su frecuentemente confusa publicidad, pareciera que hasta algunos fabricantes carecen de la claridad necesaria para definir su propio producto.
A esta ejemplificación posiblemente sutil de la necesidad de actualización tecnológica, se suma la existencia de productos no certificados o con certificación aparente, llegando hasta la brutalidad de falsificar cables, que atentan contra la seguridad eléctrica y contra la vida de las personas, que es el primer bien que se debe proteger.
Estas “novedades”, mencionadas solo como ejemplo, asientan la necesidad de proporcionar a los actores más directos información actualizada, clara y precisa sobre productos que van apareciendo en tropel, a la par de ir creando en ellos un estado de alerta acerca de la responsabilidad que les cabe en relación con su empleo.
A esta ejemplificación posiblemente sutil de la necesidad de actualización tecnológica, se suma la existencia de productos no certificados o con certificación aparente, llegando hasta la brutalidad de falsificar cables, que atentan contra la seguridad eléctrica y contra la vida de las personas, que es el primer bien que se debe proteger.
Estas “novedades”, mencionadas solo como ejemplo, asientan la necesidad de proporcionar a los actores más directos información actualizada, clara y precisa sobre productos que van apareciendo en tropel, a la par de ir creando en ellos un estado de alerta acerca de la responsabilidad que les cabe en relación con su empleo.
Había que estimular el sentido de responsabilidad de los actores, alertando a la vez para que conozcan y adopten las nuevas tecnologías, en vez de seguir acomodándose a las ya existentes. [...] Para cumplir con estas condiciones, se adoptó la Pedagogía Activa de la Universidad de Vincennes.
La actualización tecnológica entre ambas crisis
La actividad que pasaremos a describir debió aceptar limitaciones impuestas, en primer lugar, por los efectos de la crisis de la que todavía se intentaba salir. En segundo lugar, por la naturaleza de aquellos a quienes iba dirigida. Había que estimular el sentido de responsabilidad de los actores, alertando a la vez para que conozcan y adopten las nuevas tecnologías, en vez de seguir acomodándose a las ya existentes. Todo ello conforme a lo que se apunta a continuación:
- Gratuidad. Por estar dirigida a nuevos desocupados o trabajadores independientes, muy afectados por la crisis.
- Organización no escolar. Por tratarse de participantes adultos renuentes a “ir de nuevo a clase”.
- Pedagogía demostrativa. Por tratarse de tecnologías novedosas desconocidas por la mayoría de los participantes.
- Selección previa de temas por el mismo participante, para no exigirles a algunos su atención a temas que les resulten poco atractivos. Se obligaba así a que la primera acción de cada uno consistiese en tomar una decisión.
- Aprovechamiento de la experiencia para el futuro, perfeccionando el material pedagógico para alimentar la multiplicación de la novedosa acción emprendida.
Para cumplir con estas condiciones, se adoptó la Pedagogía Activa de la Universidad de Vincennes (la de Foucault, Lacan, Deleuze), creada por Charles De Gaulle al final de su gobierno. (La empresa nacional de electricidad y de gas de Francia había incorporado a egresados de Vincennes en su centro de estudios y fueron ellos quienes nos instruyeron al respecto). Claro que faltaba cumplir con la gratuidad, lo que se resolvió con el auxilio de los fabricantes. A ellos se les ofreció un “auditorio” ávido de conocer nuevos productos. Así, siempre se evitaban clases de naturaleza expositiva, promoviendo siempre la discusión provechosa.
Se propone retomar la actividad descrita [respecto de la Pedagogía Activa], al menos como experiencia piloto, no solo para promover la actualización tecnológica, sino también para difundir esta variante pedagógica.
La actualización tecnológica después del COVID-19
Se propone retomar la actividad descrita en el parágrafo anterior, al menos como experiencia piloto, no solo para promover la actualización tecnológica, sino también para difundir esta variante pedagógica, digna de ser discutida para su incorporación a la acción educativa. Porque ahora, con el auxilio de las “plataformas educativas” con las que no se contaba antes, se podrá adelantar el material escrito para consagrar a las imprescindibles “sesiones presenciales” la discusión de los puntos centrales y la experimentación de nuevos productos.
Los participantes saben leer: ¿qué sentido tiene entonces que hoy un “profe” lea en voz alta y de una pantalla el contenido de su “power point”, si puede adelantarlo aunque sea por mail?
Los participantes saben leer: ¿qué sentido tiene entonces que hoy un “profe” lea en voz alta y de una pantalla el contenido de su “power point”, si puede adelantarlo aunque sea por mail?
Por Luis Miravalles
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