La inteligencia artificial parece estar por todos lados. La tenemos en nuestros teléfonos, la oímos constantemente y dará forma a nuestro futuro más inmediato.
El sector de la energía no es una excepción y, de hecho, la inteligencia artificial ya se está usando en muchos ámbitos. Algunos prometen que puede ser la solución para una generación eficiente, el fin del derroche de energía e incluso la gran esperanza en la lucha contra el cambio climático.
¿Cómo está influyendo la inteligencia artificial en el sector energético y qué puede hacer por él? Vamos verlo en detalle.
Qué es la inteligencia artificial
Antes de nada, conviene dedicar un momento a dejar claro qué es la inteligencia artificial. Hoy día, muchos la mezclan con conceptos tecnológicos como big data o deep learning y al final no queda del todo claro.
En esencia, la inteligencia artificial es la capacidad que se puede otorgar a una máquina de aprender y tomar decisiones por sí misma, a la hora de resolver problemas u optimizar resultados para cumplir un objetivo.
La programación tradicional de ordenadores se basa en codificar ciertas decisiones ante ciertas situaciones. Las decisiones que se tomaban estaban ya determinadas e introducidas por el programador. Por ejemplo: «Si ocurre la condición A, toma la decisión 1. Si ocurre la condición B, toma la decisión 2».
Con la inteligencia artificial se va mucho más allá y el programa o la máquina son capaces de aprender por ellos mismos con nuevos datos y tomar decisiones propias. Todo ello, sin necesidad de que alguien haya programado de antemano todo lo que pueden o deben hacer.
Eso presenta unas ventajas muy interesantes en el caso del sector energético.
¿Para qué se está usando la inteligencia artificial en el sector de la energía?
Algunas de las aplicaciones que ya se están utilizando en el sector son, por ejemplo:
1. Optimización de las redes eléctricas
Las redes eléctricas están cada vez más descentralizadas y digitalizadas. Eso hace más difícil gestionar el número cada vez mayor de participantes y mantener un equilibrio en esa red.
Es necesario analizar una enorme corriente de datos que llegan en tiempo real. La inteligencia artificial ayuda a que ese procesamiento sea lo más rápido y eficiente posible.
2. Las Smart grids
Este es un término muy de actualidad en el sector energético. Las smart grids, o redes inteligentes, transportan electricidad, pero también datos. En el caso de energías intermitentes y volátiles, como son la solar y eólica, es más importante que nunca equilibrar de manera efectiva consumo y generación.
No es posible una generación constante y equilibrada siempre, pero esas redes inteligentes y conectadas permiten comunicarse unas con otras y recoger datos, para acercarnos lo más posible.
3. La movilidad eléctrica y la inteligencia artificial
El futuro de la movilidad es eléctrico, pero eso plantea nuevos retos. Por este motivo, la inteligencia artificial se está instalando en el sector del vehículo eléctrico. Por un lado, dentro de los propios coches. Ayudan a la gestión del mismo y comunican datos que contribuyen a resolver esos desafíos.
Uno de ellos, por ejemplo, es el de los repostajes. ¿Dónde es mejor hacerlo? ¿Qué disponibilidad hay de enchufes en el momento? ¿Dónde dirigirnos o instalar nuevos puntos para compensar una demanda cada vez mayor? ¿Cuándo repostar al mejor precio según el coste de la energía?
Todas esas respuestas, que una vez más requieren el análisis instantáneo de una gran cantidad de datos, pueden ser realizadas óptimamente con inteligencia artificial.
La inteligencia artificial para la lucha contra el cambio climático
Una de las esperanzas que se tienen puestas en la inteligencia artificial aplicada al sector energético es que nos ayude con el cambio climático. Por ejemplo, la conferencia global de la ONU Ai for Good se celebrará el próximo mes de mayo con este objetivo en mente.
La mayoría de países no está cumpliendo los objetivos de reducción de emisiones, y se espera que la inteligencia artificial ayude a acelerar esas acciones.
Una de las aplicaciones más básicas es que el machine learning (o aprendizaje automático, una pieza clave de la inteligencia artificial) ayude a hacer los sistemas de generación más eficientes.
Es necesario sustituir las grandes centrales de energía tradicionales por plantas de generación más pequeñas, descentralizadas y renovables, que deben ser coordinadas. Una vez más, la inteligencia artificial puede ayudar a esa gestión más compleja y con más elementos.
Otro ámbito es el de la reducción del consumo. Por ejemplo, Deepmind es una compañía británica de inteligencia artificial propiedad de Alphabet (la empresa matriz de Google). Esta usó algoritmos de aprendizaje para reducir la energía necesaria para refrigerar los centros de datos de Google en un 40%. Teniendo en cuenta que los centros de datos ya consumen un 3% de la energía global, es importante.
Como vemos, la inteligencia artificial se está comenzando a usar en el sector energético y ya resulta fundamental. Optimizar la generación, reducir el consumo o luchar contra el cambio climático son algunas de las promesas que encierra en un futuro cercano.
NOTA EXTERNA