“Nadie lee nada”

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En el buscador figuran varias entradas similares con el título de esta nota: entre ellas, una que relata este mismo descubrimiento pero espontáneamente surgido en un taller anual de actualización tecnológica para electricistas, y es por ello que lo tomo como ejemplo válido para los colegas. [El artículo se puede ver en el siguiente enlace].
Dicha nota está dirigida a nosotros, los electricistas, pero también podría ser de interés para los inspectores de seguros. Ejemplifica una de las tantas “no lecturas” capaces de generar siniestros de origen eléctrico, en este caso, el exceso de confianza en el “disyuntor” (interruptor diferencial). Ocurre que en su parte frontal, todo disyuntor advierte sobre un botón “Test” (ver figura 1), aunque pareciera que nadie lo lee.
 
Figura 1. Pulsar cada mes
Interruptor diferencial se debe verificar de forma periódica, porque este tipo de dispositivos no avisa cuando, por una mínima e inadvertida avería interna, deja de prestar servicio
Es que dicha advertencia indica que el interruptor diferencial se debe verificar de forma periódica, porque este tipo de dispositivos no avisa cuando, por una mínima e inadvertida avería interna, deja de prestar servicio y se vuelve incapaz de cortar automática y rápidamente cuando una corriente, por pequeña que fuese, se fuga por fuera de la instalación.
Entre las diversas causas de avería en los interruptores diferenciales, podría mencionar el recalentamiento por apriete insuficiente de contactos (ver figura 2) o la contaminación (lubricantes, aerosoles, humedad, pulverulencia, puerta de tablero abierta) y envejecimiento en la estantería debido a la poca demanda de componentes costosos (como lo son los interruptores diferenciales), muy propio de los tiempos que corren.
Entre las diversas causas de avería en los interruptores diferenciales, podría mencionar el recalentamiento por apriete insuficiente de contactos
 
Figura 2.Interruptores diferenciales dañados por recalentamiento
Causales del estilo de las mencionadas en el párrafo anterior dan por resultado la degradación de la extrema sensibilidad del delicado órgano de disparo de los clásicos interruptores diferenciales, lo que conspira contra la discriminación de corrientes de fuga, capaces de originar electrocuciones o incendios.
Véase que un interruptor diferencial como el de la figura 1, que es de 63 A, debe discriminar corrientes mínimas de fuga del orden de 0,03 A: media milésima, imposible para el amperímetro.
Una enorme cantidad de interruptores diferenciales ofician solamente como interruptor manual de cabecera en sus respectivos tableros eléctricos
En este preciso momento de la lectura de esta nota (si fuese el caso de que alguien la estuviese leyendo) una enorme cantidad de interruptores diferenciales ofician solamente como interruptor manual de cabecera en sus respectivos tableros eléctricos, brindándole al usuario desprevenido una falsa sensación de seguridad porque su sensible dispositivo de disparo automático dejó de prestar servicio.
Debo, por último, aclarar que la recomendación del fabricante, de pulsar cada mes, implica un periodo equivalente de incertidumbre (a ver si justo al ratito de haberlo pulsado se le dio por averiarse). Dicho en otras palabras: cuanto mayor sea la frecuencia de las verificaciones, menor será el período de incertidumbre.
Cuanto mayor sea la frecuencia de las verificaciones, menor será el período de incertidumbre

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